Y a la bruja le sacaron el amor. Se convirtió en un ser extraño vagando por las calles de un invierno feroz. Llena de recuerdos, de ruegos, de nostalgia. Creyendo que existe un dios. Las penelopes le tenían miedo, no sabían que hacer con su mirada. Y las lagrimas formaban pétalos de flores que un viento del sur secó. Intentaba reírse, pero el amor la dejo. y la rayuela que un día dibujo en su niñez se borro. Y afuera llueve, y sigue siendo las diez. Pensaba en aquella mañana de sol, en los recuerdos del mar, En su propia revolución, en los años, en el olor a caramelo de anetol. alguna noticia, el rayo del sol. Mientras que su alma volaba, ella esperaba esa canción. Y los pasos se fueron desarmando... La brisa de la montaña otro amor compartió. Pero siempre él, siempre ellos, siempre vos. Y la bruja seguía caminando por las calles de aquel invierno que nos dejo. Y su sombra la acompañaba. Iba rodeada de pompas de jabón, De amores eternos, de silencios, de anhelos, color. (ella brilló detrás del arco iris...)
Que tus revoluciones sean las mías. Y me regales sonrisas de noches enteras. Que te amo, te beso, te abrazo, crezco. y mis huesos duelen, y las arrugas llegan.
Detengo el tiempo en ese segundo que te veo. Y la sociedad quiere que esto no sea eterno. Curas mis lágrimas, me devuelves el eco. No corramos tan lejos! Amigo, compañero. Príncipe que rescatas a pseudo princesas encerradas en burbujas de hierro Tantos deseos, tantos silencios, nuevos sueños. Mis pasos, mi cuerpo, mis adicciones, mi credo.
Y caemos en creer que no nos debemos lastimar. Que somos dos. Y todos los días decidimos elegirnos, con palabras inventadas en algún momento. Ese código, ese extraño código de querernos.
Rompamos con los años, con los criterios. Que mi ropa payasesca te siga sacando risas cómplices. Que mis locuras sean un remedio para tu tristeza Y mi revolución sea tuya.
Y si así, de escondida, contando hasta cien, llegando a la luna ida y vuelta. armando una rayuela, cantando esa canción, escribiendo palabritas al borde de la heladera, diciéndote te amo al ritmo de algún cantautor.
Y si así, corriendo detrás del tiempo, mirándonos en complicidad, repartiendo besos al viento, jugando a amar. Contagiándonos las risas, compartiendo ideas, revolucionando el mundo, rompiendo y cosiendo ideales.
Y si así, payaseando por el sistema, inventando palabras, renegando de los pecados, haciéndonos inmortal. Bailando al son de nuestras caminatas, pateando peleas absurdas, creando finales y principios a la orilla del mar.
Y si así vamos como locos ... Los dos... Ese tú que es mi yo. Ese yo que eres tú
