Todavía existen penélopes que no esperan,
que prefieren caminar al borde de las vías,
con su pequeño bolso y algún libro para alimentarse.
Todavía existen penélopes que prefieren volar con los pies
ser música en busca de amor
Aquel que puede ser el que se fue, el que esta o el que nunca existió.
Todavía existen penélopes que prefieren vestirse de color,
convertir sus lagrimas en mándalas
Reír en chatitas, quedarse en pijamas los domingos y abrazar a la almohada.
Todavía existen penélopes que no le tienen miedo a enamorarse,
en creer en la eternidad
y jugar con lo pasajero...
Todavía existen Penélopes que el invierno no las lastiman...